Día Internacional de los Trabajadores: Jornada de Solidaridad

Declaración del Círculo Temático de Justicia de Género y Salud del Movimiento por la Salud de los Pueblos (MSP)

Al conmemorarse esta semana el Día Internacional de los Trabajadores, el Círculo Temático de Género, Justicia y Salud del Movimiento para la Salud de los Pueblos (MSP), reflexiona sobre cómo el trabajo de las mujeres, en particular el de las más marginadas, racializadas, las personas de género no binario y las que viven con discapacidades, sigue siendo infravalorado e invisibilizado.

Las mujeres y las personas de género no binario se concentran en las formas más precarias de trabajo, como las trabajadoras de la agricultura y la minería, las trabajadoras del sexo, las trabajadoras migrantes, las trabajadoras en fábricas, las trabajadoras gig y las trabajadoras domésticas, las trabajadoras de primera línea, por nombrar algunas.

A través de la clase, la raza, la casta, la identidad de género, la expresión de género, la discapacidad, el origen étnico, el estatus migratorio y de refugiado, y en medio de una creciente desigualdad estructural y la intersección de las crisis económica, social y climática, las mujeres y los trabajadores de género no binario se enfrentan a la discriminación, el estigma social, el acceso deficiente a la atención sanitaria, abusos físicos y sexuales, falta de salarios justos, falta de protección jurídica, falta de seguridad social y de medidas de protección frente a la exposición a sustancias químicas y a crisis sanitarias, creciente explotación laboral y represión mediante el desmantelamiento de sindicatos corporativos, el autoritarismo estatal y el uso de la deslocalización laboral.

A pesar de constituir el 70% del personal sanitario en todos los sistemas de salud, las mujeres y las personas no binarias sólo ocupan el 25% de los puestos directivos. Esto incluye a la mayoría de las trabajadoras sanitarias comunitarias, que son voluntarias o desempeñan las funciones peor pagadas; a menudo trabajan en condiciones inseguras y pagan de su bolsillo el material y el equipo, a pesar de ser esenciales para la reorientación de los sistemas sanitarios hacia una atención primaria centrada en las personas. Las trabajadoras sanitarias tienen un enorme potencial para contribuir a la consecución del objetivo de salud para todos. Sin embargo, se enfrentan a múltiples retos, como la resistencia sistémica y a nivel político, que a menudo están arraigadas en las relaciones de poder de género.

Por último, las mujeres, en particular, desempeñan un papel importante dentro de la economía de los cuidados por su labor en la reproducción social, ya que como madres, esposas, cuidadoras y parejas de hecho proporcionan un trabajo no remunerado e infravalorado, además de su trabajo remunerado, al tiempo que acumulan costes sanitarios adicionales.

La crisis de violencia sistémica exige una mayor rendición de cuentas, justicia de género y respuestas políticas y estatales justas. Existe una necesidad acuciante de más voces públicas, demandas y solidaridad para abordar estas cuestiones.

Pedimos:

• El reconocimiento legal y político de todas las formas de trabajo informal o precario para las personas de todos los géneros, incluyendo mejoras salariales, condiciones de trabajo seguras y la provisión de protección social y legal, como vía para mejorar la salud, el bienestar y la dignidad.
• Una corrección radical de la desigualdad de género en el personal sanitario, que incluya la provisión de paquetes salariales y de prestaciones para los trabajadores sanitarios de la comunidad, que son fundamentales para defender el derecho a la salud para todos en sus comunidades,
• El retroceso de las políticas laborales y sociales discriminatorias de género que relegan a las mujeres la carga del trabajo no remunerado del cuidado de otras personas.
• Sistemas sanitarios democratizados, descomoditizados, desprivatizados y financiados con fondos públicos que puedan satisfacer las necesidades de la clase trabajadora mundial.
• Un aumento de la participación de las mujeres en la economía hacia sus derechos humanos y laborales.
   

¡Viva el Día Internacional de los Trabajadores!
¡Viva la Solidaridad Feminista Internacional!
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